Provenza

Viaje a la Provenza del 14 al 23 de julio de 2017

Introducción

La Provenza nació ya hace varios años con un objetivo claro y simple: dar a conocer esta zona del Mediterráneo, a quienes desconocen la región en particular y Francia en general. La Provence no aparece como tal en ningún mapa, en ningún libro de historia ni en ningún folleto turístico. La Provenza carece de límites fijos, las fronteras no le afectan ni le constriñen. La Provenza histórica o política no existió realmente.

La Provenza, enraizada en la historia:
Esta zona de lo que hoy es el litoral francés, fue antes poblada por las diversas oleadas de los primeros seres humanos durante la prehistórica. Después llegaron, se fueron quedando fenicios, griegos, galos, romanos, visigodos, ostrogodos, burgundíos, tolosanos y, si nos extendemos hacia el Languedoc o Italia, aragoneses, españoles, ligures, genovesas, piamonteses e italianos. Por eso sería ridículo circunscribirse a un origen único, a una sola leyenda. 

La regiones francesas de PACA (Provence-Alpes-Côte d’Azur) y del Languedoc Roussillon muestran ya claramente por la largura de sus nombres, que sólo son instrumentos administrativos que recuerdan antiguas entidades polvorientas sin significado determinante.


Un destino turístico de tranquilidad y glamour:
La-Provenza, un lugar donde incluso de noche el sol ilumina las estrellas, como en los cuadros de Van Gogh. Este podría ser un buen eslogan para atraer a los viajeros. Y, en parte, a pesar de las exageraciones, se cumple. Destaca la Provenza por la gran variedad de registros geográficos, naturales, artísticos, culturales… Desde el litoral mediterráneo hasta los Alpes y el Macizo Central; la diversidad cultural, desde la Prehistoria hasta el Airbus y el centros de investigaciones nucleares; la gastronomía, las tradiciones, los buenos vinos…


Ruta de la Lavanda
Uno de los mayores atractivos de la Provenza son los campos de lavanda, conocidos en el mundo entero, paisajes únicos que tiñen de lila y violeta los valles de la región. A lo largo de estos recorridos, podremos descubrir magníficos pueblecitos provenzales en lo alto de una colina dominando los campos de lavanda, o en el centro de un valle de viñas y olivos, pueblos encantadores con casas y calles de piedra, pequeñas iglesias y las típicas torres del reloj, plazas con terrazas y restaurantes.

Además, alguna visitas a los museos de la lavanda, a destilerías y productores para ver cómo se fabrican todos aquellos productos procedentes de la lavanda: jabones, miel, dulces…y también si todo va bien a alguna de las célebres fiestas de la lavanda.


Esta ha sido nuestra ruta, espero que os guste:

Día 14 de julio de 2017: De Barcelona a Carrières de Lumières y Avignon

Aproximadamente unas 4:45 horas unos 429 km, hasta Carrières de Lumières.

Salimos a las 5:00, llevamos bocatas, bebida fresquita y café, paramos en alguna de las muchas áreas de descanso que hay en Francia. 

Aproximación a la zona de la Lavanda, con parada en una canteras con un desplegué de luz y sonido increíble.

Estamos sobre las 10:30 de la mañana, tenemos las entradas compradas.



















Al terminar hemos dado una vuelta por el pueblo de Les Baux de Provence

















Luego hemos visitado el castillo (Château des Baux de Provence).




























Folleto en:
http://www.lesbauxdeprovence.com/sites/default/files/documents/brochure-2017-fr-final-web.pdf
Plano:
http://www.lesbauxdeprovence.com/sites/default/files/documents/plan_village_fr_0.pdf

Desde aquí al hotel para registrarnos y tranquilamente visitar Avinyon. Akena Avignon-Le Pontet (Face West), 230 Chemin des Petits Rougiers 33490838209. Unos 39 Km. 40 minutos.

Desde el hotel y una vez instalados visitamos Avignon. Intentamos aparcar en el Parking gratuito des Italiens, pero ha sido imposible, fiesta y festival de Teatro, demasiada gente. Hemos aparcado justo al otro lado de la ciudad amurallada, desde aquí hemos visitado el casco antiguo de la ciudad, el Palacio de los Papas, el puente St Bénezet, la Catedral de Nuestra Señora de Avignon, hasta el anochecer.

Aviñón (Avignon en francés) es hoy una pequeña ciudad de provincias a la orilla del Ródano. Una ciudad sometida por unas murallas que la concentran y la guardan. A penas unas 90.000 personas, unas 1.200 intramuros, pueblan la capital del departamento de Vaucluse. En Francia se la conoce por su festival veraniego de teatro y por sus excelentes y no demasiado baratos caldos, los Chateauneuf du Pape. ¡Con el clero hemos topado! Pues sí, la bella fortaleza, el precioso palacio, los viñedos, las torres, todo perteneció a los señores de Roma.

El origen de la ciudad es el peñón Des Doms, sobre el que se asienta. Farallón defensivo y estratégico fue pronto fortificado. La ciudad llamada “villa del río” o “villa del viento violento”, cumple con ambos apodos. Plaza importante ya desde el siglo XII gracias al puente que permitía cruzar el Ródano. Pero será en el siglo XIV cuando la llegada de los Papas transforme a Aviñón en una segunda Roma. Tierra de asilo, la ciudad atraerá a los extranjeros, negociantes, exiliados, banqueros, aristas y religiosos de toda Europa. Incluso aquellos que eran perseguidos encontraban cobijo en Aviñón, como el poeta Petrarca.

En 1309, bajo Clemente V Aviñón se transforma en sede de la Cristiandad. El cambio de sede suponía escapar a la influencia de las familias que tradicionalmente “producían” papas, los Colonna u Orsini. Aviñón representaba un lugar mucho más seguro que la caótica Roma de principios del XIV y permitía al clero galo llegar al poder. De hecho, todos los papas aviñonenses serán de origen galo, la mayoría de la propia región. Hemos tener cuidado con establecer paralelismo con el presente, pues, en esta época, la Iglesia francesa no existía como tal, no más que Francia, donde este sur se parecía más a Italia que a París. En definitiva, Clemente V se desplaza a Aviñón, a la sazón territorio perteneciente al Reino de Sicilia regido por una dinastía de origen galo. Sus soberanos eran dueños de Nápoles, Sicilia y buena parte de Provenza. El Papado poseía el Condado Venaissin que rodeaba Aviñón por lo que la ciudad será vendida por Juana I de Nápoles a Clemente VI en 1348. Nueve papas, dos de ellos antipapas reinaran en la villa. Durante un siglo Aviñón será el centro del cristianismo occidental. La vuelta del pontificado a Roma, a principios del siglo XV, y las luchas entre papas y antipapas marcaran el comienzo de la decadencia. Con todo, Aviñón y su región seguirá perteneciendo al Vaticano hasta 1793, cuando voluntariamente se una a la República Francesa naciente.

El Palacio de los Papas – Le Palais des Papes

Es el palacio fortaleza gótico más grande del mundo. Construido entre 1334 y 1363, fue residencia de los Papas durante el siglo XIV. Unas 2 horas mínimo. Posee unos 25 lugares para visitar: salones, capillas, claustros, las alcobas privadas de los papas, etc… De la decoración, destacan frescos de gran calidad.



























Le Pont St Bénezet
Un puente legendario, el puente St Bénezet, testigo de la historia de la ciudad, hoy nombrado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construido a partir del siglo XII substituyendo a uno anterior de madera. La leyenda cuenta que un pastor proveniente de Ardeche, región al sur de Lyón, llegó a Aviñón con el mandato divino de construir un puente que uniese las dos orillas del Ródano. Ante la incredulidad de los aviñonenses, el susodicho pastor, impelido por el poder de los dioses levanto una gran piedra y la lanzó al río. Esa sería la primera piedra del puente que llevaría su nombre, tras ser canonizado.

Las crecidas del Ródano tenían la mala costumbre de demoler el puente, que era sucesivamente reconstruido. Uno de sus últimos visitantes fue el Rey Sol, Luís XIV, el mismo que no quiso reconstruirlo tras la definitiva destrucción del siglo XVII. He ahí la razón que explica porque el puente se encuentra hoy truncado. La capilla de St Bézenet, en la que los ilustres viajeros solían orar cada vez que atravesaban el río, aún está en pie junto a las murallas de Aviñón. Hoy la visita y la vista desde el centro del río se han hecho tradicionales en la ciudad. Originalmente el puente continuaba y cruzaba la isla de la Barthelasse solo se conservan cuatro de sus primitivas 22 arcadas para unirse con Villeneuve-lez-Aviñón, la ciudad gemela y residencial de Aviñón al otro lado, justo en la Torre de Philippe le Bel.

















Catedral de Nuestra Señora de Avignon

Tras haber saludado al imponente río Ródano, volveremos al conjunto monumental de la Place du Palais (todo está muy cerca) para visitar la hermosa catedral des Doms, con la escultura dorada de la Virgen María bendiciendo la ciudad desde lo más alto de su torre campanario. Merece la pena un recorrido por su interior para ver su galería de balaustrada barroca y las valiosas esculturas marianas que conserva.






Recorrido por las calles del casco antiguo
Uno de los atractivos de Avignon son sus coquetas calles medievales entrelazadas por hermosas plazas en las que descubrirás palacios, iglesias y conventos. La calle de los Tintoreros, que recorre el pequeño canal del Sorge, la rue Bonneterie, el Parque Agricol Perdiguier, donde se encuentra el espléndido Templo San Marcial, la Plaza de Saint Didier o la Place Pie, donde tendrás oportunidad de conocer el mercado de Les Halles, son algunos puntos que no deben faltar en este fantástico recorrido.
Las calles de la zona peatonal, las calles Joseph Vernet y St-Agricol, el barrio de la Balance et la gran calle de la République eje de la ciudad vieja muestran una vasta oferta de los productos típicos de la Provenza, telas, manteles, cerámica variada, lavanda, jabones, etc. En la misma zona encontraremos las mismas grandes tiendas que se encuentran en cualquier ciudad europea.



Regreso al hotel, fin del primer día.

Dia 15 de julio de 2017: De Avignon a Camping La Roquette.


Desde Avignon tenemos 120 km, hasta el inicio de la primera ruta, el pueblo de Crest.

De Crest a Die: Entre el Valle de la Drôme y Vercors.
El punto de partida es el pueblito de Crest, con su torreón medieval, siguiendo hasta Aouste/Sye, donde se deja el río Drôme y se continúa por el pequeño valle de Sye para llegar al hermoso valle de Gervanne, ya en el sur de la Llanura de Vercors, lleno de plantas medicinales y aromáticas. De vuelta, siguiendo otra vez el Drôme, admirarán los campos de lavandin hasta la región de Clairette de Die, y el val de Quint. Después el pueblo galo-románica de Die y el pequeño pueblo de Chamaloc, rodeado de campos de lavanda.

Die es la capital del Diois y cuna de la Clairette de Die. Se encuentra situada a orillas del río Drôme, a los pies de la montaña de Glandasse, límite meridional del macizo de Vercors y montaña emblemática del Diois. Destacan las murallas con partes del recinto galo-romano de los siglos III y IV; la puerta St Marcel, del siglo III (una de las principales puertas del pueblo); la catedral Notre-Dame (s. XI-XIII); y el Mosaico de “Quatre Fleuves”, en la Capilla St Nicolas, mosaico románico que representa el universo.

















De Die a Rosans y a Orpierre 
Dejando la bella localidad de Die, pasamos por los impresionantes acantilados de la montaña Glandasse. A continuación, dejamos el Valle de la Drôme y llegamos al Valle del Roanne por el puerto de Pennes. Después del pueblo de Saint Nazaire le Désert, volvemos a subir, para pasar al Valle del Oule, en Drôme Provenzal, donde nos encontramos con un coqueto pueblito, La Motte Chalancon, es una aldea circular situada en lo alto de una colina y en él descubrirán las ruinas de un Fuerte del que sólo queda la iglesia del siglo XII y dos torres hacia las que suben callejuelas típicas llamadas “calades”. También hay numerosas fuentes y lavaderos.
Y cerca del pueblo de La Charce, vamos a Valdrôme con sus bellos campos de lavanda. También visitamos el pueblo de Pommerol. Después entrarmos en el departamento de Hautes-Alpes y llegamos a Rosans, pueblo de rico patrimonio, en el que destaca la Tour Carrée y, por supuesto, los campos de lavanda fina. Se trata de un pequeño pueblo medieval fortificado situado a 700 metros de altura desde donde domina una torre de planta cuadrada del siglo XIII, conocida como “torre sarracena”, una interesante obra arquitectónica que recibe todos los años artesanos y mercaderes de productos locales, como los aceites esenciales procedentes de la lavanda y otras plantas aromáticas. Para entrar al pueblo fortificado, hay varias puertas y la principal se encuentra al lado del palacio Lesdiguières.
Después de Rosans, la ruta pasa por Saint André de Rosans, con las ruinas de un bello monasterio fundado por la Orden de Cluny en el siglo X (monumento histórico), de arte románico provenzal, con unos magníficos frisos y mosaicos románicos. La ruta sigue cuesta arriba para llegar alas tierras altas de Baronnies, hacia Chauvac, donde la lavanda se disimula a veces en los bosques.
Después bajamos hacia Orpierre y el valle del Buëch, tierra de escalada. El pintoresco pueblo de Orpierre se encuentra al pie de unos acantilados impresionantes, y conserva su carácter de pueblo medieval fortificado, con sus callejuelas, sus fuentes, sus puertas antiguas y sus soportales. Las ricas fachadas renacentistas recuerdan que el pueblo fue un lugar de paso de intercambios comerciales. Las terrazas de los cafés, los comercios y los jugadores de petanca hacen más animado aún el lugar.














Dia 16 de julio de 2017: De Montelmar – Valreas – Nyons –Bouis-les-Baroninies – Vaison-la-Romine

El punto de partida de esta ruta de la lavanda es Montelimar, ciudad provenzal muy turística situada a las puertas de la Provenza, a un paso de las bellas Gargantas del Ardeche y a los pies del Parque Natural Regional del Vercors, entre Valence y Aviñón. Tierra de almendros cuyos frutos, desde el siglo XVII, fueron utilizados para confeccionar el famoso Nougat (el turrón francés). 
En cuanto a su patrimonio monumental destacan: el palacio de Adhémar, la capilla del siglo XI, la torre de Narbona, la puerta Saint Martin, la Maison Diane des Pitier y el Museo de la Miniatura. 

Saliendo de Montelimar, hay que remontar el Valle del Roubion entre los campos de lavandin hasta Charols. Desde allí, vamos a Ezahut y Salettes donde se encuentran algunos de los miradores más espectaculares del Valle del Ródano. La ruta continúa por el pueblo de la Bégude de Mazenc (pueblo medieval situado a 210 metros de altitud) y por Poët Laval (situado en un emplazamiento escarpado del valle del Jabron, en medio de campos de lavanda y de trigo, tiene forma de pirámide coronada por un castillo y una capilla románica). 

Después llegamos a Dieulefit, un pueblecito típico provenzal, situado en medio de las montañas, con un casco viejo digno de visita: bellas casas burguesas, la iglesia de Saint-Roch (1710), la iglesia Saint-Pierre (XIV), el templo construido con piedras del castillo (1806). Pero Dieulefit es también tierra de ceramistas (hay vestigios de hornos y de cerámica de la época galo-romana). 











La carretera sube hacia Montjoux y baja por el magnífico valle de Roche-Saint-Secret hasta Tauliganan, magnífico pueblo medieval situado en el corazón de la zona vinícola Côtes du Rhône, que conoció una gran prosperidad en el siglo XIX por la seda. Vale la pena la visita para admirar este pueblo fortificado, con murallas del siglo XIV y once torres que subsisten de las catorce que había. 











La ruta continúa por Salles-sous-Bois, en medio de campos de lavandín, y el final de la etapa es Grignan, un encantador pueblecito provenzal. Está construido en lo alto de una cresta (a 198 m.) en torno a un palacio del Renacimiento (s.XII), monumento nacional. Merece una visita: la torre de Sévigné, de estilo Renacimiento (s.XVI), la colegiata St-Sauveur (situada bajo la terraza del palacio), la capilla Saint-Vincent en el cementerio (el monumento más antiguo de Grignan (s.XI), el museo, el “Village botanique”, con rosas antiguas a lo largo de las murallas, y también el Jardin Sévigné, a lo largo del camino que lleva a la cueva: el laberinto de boj. 









Esta región no sólo destaca por los campos de lavanda, sino también por sus magníficas viñas, olivares y trufas, además de su patrimonio histórico entre los romanos, los papas y los templarios. La ruta propuesta parte de Grignan para seguir por la Llanura de Clansayes, bajar hacia Valréas y el célebre Enclave de los Papas. 

Esta etapa se termina en la localidad medieval de Nyons, célebre por su aceite de oliva, situada cerca del Mont Ventoux, conocida como la “Pequeña Niza” por su clima particular (se encuentra entre montañas, al abrigo del viento, en una depresión, gracias a lo cual disfruta de días soleados a lo largo de todo el año). Visitamos el casco antiguo con su rico patrimonio: el puente romano de piedras grises y arco ojival sobre el río Eygues, de aguas verdes o la Torre Randonne, del siglo XIII, que junto a la Torre Dauphine, constituyen el símbolo de la ciudad. Al casco antiguo se entra por la puerta Saint Jacques, la única que quedó intacta de las que formaban parte del recinto medieval de Nyons: de allí a la plaza des Arcades, del siglo XIV. Siguiendo por la calle principal, admirar las casas con contraventanas azul lavanda, tiendas encantadoras y pequeños restaurantes, visitar el barrio des Forts (Quartier des Forts), donde se encuentra el antiguo castillo feudal, soportales y restos de los muros medievales. Y la Torre de Randonne, a la que se llega por una callejuela adoquinada (“el camino del calvario”) y tras subir unas escaleras. Es una capilla asombrosa por el campanario con forma piramidal de tres pisos con arcadas, encima de los cuales se alza una virgen de 3,50 metros de alto, que domina la ciudad y se ha convertido en una curiosidad local. Fue construida en 1280 y era torreón y prisión militar del castillo, para después convertirse en capilla en el sigllo XIX, en la que podemos admirar un hermoso retablo y un tabernáculo. 

Desde el barrio, que está en lo alto del pueblo, pueden contemplar una hermosa vista de los techos y el río. 








Salimos de Nyons, situado en el Valle de Eygues, entre olivos, tilos, viñas y lavanda, tierra de Baronnies, donde admiramos los sitios naturales, como las Gargantas de Saint May, el puerto de Soubeyrand (Col de Soubeyrand), y el Valle del Ennuye. 

Otra parada obligatoria son las Gargantas de St May, (Gorges de Saint May) en el río Eygues. El pueblito de Saint-May está situado en un flanco de una montaña (ruinas de la abadía de Bodon, la capilla Saint-Marius y la fuente de Saint-May); desde lo alto hay unas vistas extraordinarias de las gargantas y de las montañas, viñas y olivares. 

Salimos de Saint-Auban por el valle del Ouvèze y llegamos a Vercoiran, continuamos por las Gargantas de Ouvèze hasta Buis-les-Baronnies. Hay que pasear por sus pintorescas callejuelas, admirar las casas antiguas con puertas con aldabas (s.XVIII) y tomar algo en una de sus agradables terrazas. Este pueblo provenzal se encuentra a 15 km de Nyons y a 21 km de Vaison-la-romaine, Visitamos la plaza del mercado, con sus fachadas, techos y arcadas góticas (del siglo XV); el antiguo convento de los dominicos (1294); la puerta renacentista en el centro del pueblo (clasificada como monumento histórico); la Plaza de las Arcades (s.XVI); los vestigios de la antigua muralla y de la torre de Saffre (s.XII); la capilla del ermitage de Saint-Trophime (s.XVII) situada en un pico rocoso. 











Desde aquí hasta el pueblo de Pierrelongue con su iglesia situada en un lugar asombroso, en lo alto de una roca dominando el pueblo (en donde antes había un castillo, que fue destruido). Continuamos por el valle de Ouvèze y de pronto, el “Gigante de Provenza”, el Mont Ventoux, que preside nuestro recorrido.







A 9,5 de Buis les Baronnies se encuentra el pueblo de Mollans-sur-Ouvèze. Mollans es un pueblo con un interesante patrimonio: dos castillos, dos monasterios y dos iglesias.

Trece kilómetros hasta Vaison-la-Romaine es una de las puertas de entrada al territorio de la lavanda en nuestro caso de salida.





Dia 17 de julio de 2017: Ferrasières – Sault – Apt- Carpentras

Desde el camping nos dirigiremos a Ferrasèries. Donde ya hemos estado el sábado. Iremos por Carpetras, final de la ruta de hoy y por una carretera que pasa por paisajes muy bonitos cerca del Mont Ventoux. Son 93 Km. hasta Ferrasèries, pasando por Aurel la ruta atraviesa el pueblo medieval de Aurel desde el que puede admirarse un hermoso valle de campos de lavanda, a los pies del Mont Ventoux. Nos deviaremos para subir al Mont Ventoux, después de Bedoin , no dejamos la D974, hasta la cima.





Retrocederemos y cogeremos la D164 hasta Sault y luego Ferrasèries.

Desde Ferrasèries nos hemos dirigido a Sault, pero haciendo un pequeño recorrido pasando por Revest-du-Bion y St Christol. Son 28 km. 

Pasamos por Sault, antiguo pueblo fortificado situado en lo alto de una pequeña colina y rodeado de campos de lavanda que se pierden en el horizonte y vemos el puente “romano” y después descendemos por el valle de Saint Jean, pasamos por Saint-Saturnin-lès-Apt pueblo medieval que se asienta sobre un espolón rocoso desde donde domina una amplia llanura agrícola de cerezos, olivos, viñedos y huertos antes de llegar a Apt en el corazón del Luberon y del Parque natural regional. Apt está rodeada de campos de lavanda y de viñedos, que ofrecen un paisaje muy bello. Aunque también es conocida por las canteras de ocre que han permitido desarrollar la artesanía local, la conocida cerámica de Apt y el Luberon, con unas vistas panorámicas hermosas del valle. 












Continuamos a Saignon situado en lo alto de una colina, a 450 metros, por lo que las vistas del valle de Apt son espectaculares. Destaca la iglesia románica del siglo XII, lugar de peregrinación desde la Baja Edad Media para todos los habitantes de la Provenza y para los que iban a Roma por la Via Domitia. Recorremos las callejuelas del casco antiguo, admirando las numerosas plazas y fuentes, así como las antiguas casas con puertas de gran belleza.












Desde Saignon vamos a Bonnieux, vemos su casco antiguo fortificado dominado por la iglesia románica. 







De aquí a Roussillon es el pueblo de los “acantilados de sangre y oro”, ya que se encuentra situado en el corazón de la mina más importante de ocre del mundo. Puede admirarse a lo lejos, en lo alto de una colina de 343 metros, como un lugar mágico por la infinita variedad de colores ocres que aportan las combinaciones de óxidos, que puede verse en las casas y en el paisaje. Y con la luz del sol, esos colores van variando a lo largo del día. El pueblo guarda un encanto especial, no tanto por su papel histórico como por su situación en el corazón de uno de los depósitos de ocre más grandes del mundo, lo cual justifica el color ocre de sus casas. Y es que, la villa es famosa por sus magníficos acantilados rojos y canteras de ocre, que inundan el paisaje con tonos rojos, amarillos y marrones formando un contraste llamativo con el verde de los bosques que rodean el pueblo. Es fácil de entender, pues, que Roussillon haya sido durante décadas el reclamo de cientos de artistas que han encontrado la inspiración en aquel paisaje tan peculiar.







Después de la visita del colorido pueblo de mil matices a poca distancia a pie se encuentra la entrada al “sentier des ocres”, pasando por una pequeña se entra en un planeta diferente, un lugar de asombrosos paisajes formados por las antiguas canteras y la erosión natural de la roca. El sendero Des Ocres se encuentra acondicionado con pasarelas, escaleras y paneles informativos que permiten descubrir la flora particular de estas colinas ocres y el paisaje formado por las antiguas canteras. El rojo de la tierra forma un contraste sorprendente con los pinos verdes exuberantes y la calidad excepcional de la luz del cielo azul hace de este territorio un lugar mágico.


















De Roussillon vamos a Gordes un pueblito situado en un lugar privilegiado, en lo alto de una colina, a 373 metros, con unas vistas panorámicas impresionantes del valle y la montaña del Luberon, con campos de lavanda, de olivos y de almendros. Gordes es uno de los lugares más visitados del Luberon, además de por su bella situación y su entorno, por su casco antiguo, por el castillo del siglo X (después restaurado en el Renacimiento) que domina el pueblo, y por el célebre “village des bories” clasificado monumento histórico.







Continuamos por Oppède y de aquí a Carpentras situada a los pies del imponente Mont Ventoux, en el cruce entre el Ródano y Durance, la ciudad se encuentra al abrigo del viento Mistral, y posee un rico patrimonio, tanto natural como histórico.


Día 18 de julio de 2017: Apt- Forcalquier


Comenzamos la ruta trasladándonos a la Abadia de Senaque está en la ruta hacia Rustrel, 37 Km desde el Camping.

La Abadia de Senaque es una abadía cisterciense, localizada cerca de la localidad de Gordes. Nace como comunidad de monjes cirstercienses en 1148, provenientes de la Abadía de Mazan en el Vivarais, Ardèche, bajo el patronazgo de Alfant, obispo de Cavaillon, y Ramón Berenguer II, Conde de Provenza. Consagrada en 1178, conoce su máximo esplendor del siglo VIIIal siglo XIV, llegando en poseer cuatro molinos, siete granjas y numerosas tierras en Provenza. En 1544, con las guerras de religión, el monasterio es destruido.


No es hasta el año 1854 que el lugar fue comprado de nuevo por una nueva comunidad de monjes cistercienses de la Inmaculada Concepción, bajo una regla menos estricta que la de la orden de la Trapa. La comunidad fue expulsada entre 1903 y 1926 y se marchó a la sede de la Orden, la Abadía de Lerins, en la Île Saint-Honorat, cerca de Cannes. En 1988, con el renacimiento de las vocaciones en la casa madre de la Abadía de Lerins, se reinserta una pequeña comunidad de monjes.

La iglesia, construida en forma de cruz de tau con un ábside que se proyecta más allá de las paredes exteriores de la abadía, es extremadamente austera, como es típico en los edificios cistercienses. El claustro es el lugar de paso que comunica las diferentes partes del monasterio. La sala capitular, gracias a las seis bóvedas de cruz ojivales, se caracteriza por la fineza de su acústica (era la única estancia donde se permitía hablar), con el abad en el centro y la tarasca, figura del demonio, esculpida en el claustro delantero.

Un hecho inusual es que su extremo oriental litúrgico mira al norte, pues el valle estrecho y aislado en el que se encuentra no ofrecía ningún espacio para la disposición convencional.





















Nos trasladamos a las montañas de Ocres en Rustrel está muy cerca de Roussillon y de Apt. La ruta discurre entre el Vaucluse y los Alpes de Haute Provence, a los pies de la Montaña de Lure, a través de campos de lavanda y de pueblecitos construidos en lo alto de colinas. Después de Apt, atravesamos Rustrel y llegamos al Colorado Provenzal llamado así por los colores ocres y rojizos de la tierra y la piedra. Esta pequeña aldea parece que no ha logrado aprovechar el atractivo turístico de Colorado Rustrel permaneciendo en su estado rustico antiguo y natural con casas de piedra de estilo rural, pequeñas callejuelas y plazas, un castillo del s. XIV. 

El parking es de pago. La ruta se encuentra balizada con dos colores correspondientes a dos circuitos que se combinan entre sí, siendo el recorrido conjunto de 4 km. Este especial lugar surgió hace más de un siglo con la explotación del ocre convirtiéndose en un importante centro de producción de mineral ferruginoso, ahora las canteras abandonadas se han abierto a los visitantes. Siguiendo el sendero balizado o las huellas dejadas por otros visitantes vemos acantilados dorados que se levantan majestuosamente sobre las arenas, resultado de la erosión, la lluvia y el viento, junto con la mano del hombre, parece un inmenso pastel con capas de diferentes tonalidades, rojas, naranjas, amarillas y blancas. Acompañado del murmullo de agua de arroyos y riachuelos que caen de pequeñas cascadas llego al llamado, con el sugerente nombre de “Sahara”, donde una increíble sucesión de rocas y grandes dunas de arenas de óxido, todo esto acompañado de los árboles que nacen de esta misma tierra roja proporcionando una nota de contraste y color a este mágico lugar.








Desde Rustrel continamos por Simiane-la-Rotonde, en lo alto de la zona este del Plateau de Albion. A continuación está Montsalier, un pueblo abandonado en el siglo XIX, también en lo alto de una colina, que ya forma parte del paisaje. Y Banon, pequeño pueblo medieval situado en el Plateau de Albion, entre Luberon, Ventoux y Lure, y está delimitado por los vestigios de las murallas del antiguo castillo. El pueblo ha sabido mantener su carácter auténtico, rodeado de campos de lavanda y de trigo. Podemos ver las murallas del siglo XV, los restos de las fortificaciones, la puerta del siglo XIV, las iglesias de Saint-Marc (románica de 1652), la de Saint-Just (siglos XIII y XIV), la capilla de Notre-Dame-des-Anges (en parte del siglo XIII), la capilla des Pénitents, la capilla des Granges-de-Dauban, la capilla Saint-Marce y la capilla des Héritiers. 


Para llegar a Forcalquier, tomamos el camino de “êcoliers” pasando por Lardiers, Ongles, Revest des Brousses y Saint Michel l’Observatoire, en cuyo paisaje se entremezcla la lavanda y la garriga. Forcalquier es uno de los pueblos más célebres de las rutas de la lavanda. Se encuentra a 23 km de Manosque, a 25 km de Banon y a 42 km de Apt. Está situado entre la montaña de Lure y el Luberon, en la Via Domitia, y fue construido en la vertiente de una colina. Vale la pena conocer el casco antiguo, del siglo XIII, por sus bellas viviendas, sur callejuelas estrechas y su riqueza monumental, la Capilla de Notre Dame de Provence (1875) y su reloj (carillon), el Convento de los Cordeliers (convento franciscano del siglo XII), el Convento de los Visitandines (convento con con claustro del siglo XVII), la Catedral de Notre Dame du Marché.







Día 19 de julio de 2017: Forcalquier a Digne-les-Bains

Deshacemos el camino de ayer, hasta Forcalquier, 89 Km.
Esta parte de la ruta es una de las más bellas con esas inmensas extensiones de lavanda en flor. Partiendo de Forcalquier, la ruta sigue por el pueblo de la Brillane y atraviesa el valle de Durance hacia Oraison, la ruta de la lavanda sigue por una pequeña carretera muy pintoresca, que discurre por la orilla izquierda del río Durance hasta llegar a Manosque, parada obligatoria de esta ruta de la lavanda. Es un auténtico pueblo provenzal situado en el Parque Nacional Natural del Luberón y en el Parque Natural del Verdon, en la orilla derecha del río Durance. Se trata de un pueblo medieval con dos puertas monumentales al norte y al sur del casco antiguo: la puerta Saunerie, de estilo románico, vestigio prestigioso de la villa en la Edad Media, que hoy es la entrada principal a la ciudad) y la puerta Soubeyran, del siglo XIV. Vemos también las puertas Guilhempierra (reconstruida recientemente) y la puerta Aubette; la iglesia románica (reconstruida en el siglo X) de Notre Dame de Romigier, la iglesia románico-gótica de Saint Sauveur (siglos XII-XIII) 

















El itinerario continúa por la meseta de Valensole, auténtica imagen de la lavanda y símbolo de la Provenza, con sus inmensas extensiones de lavandín. Valensole es un pueblecito provenzal auténtico, en el corazón de una magnífica meseta cubierta por campos de lavanda. Visitamos el casco antiguo con sus callejuelas empedradas, la iglesia del siglo XII, la capilla Saint-Mayeul, las fuentes y las murallas. 






Retrocedemos hacia Manosque para visitar L’Occitane, Fundada en 1976, L’Occitane desarrolla tratamientos con aceites esenciales y fragancias naturales elaboradas según los principios de la fitoterapia y de la aromaterapia.
Inspirados en los valores simples tales como la autenticidad, el respeto, la sensorialidad y la mejora sigue, cada uno de nuestros gestos, cada una de nuestras elecciones está guiada por el doble deseo de conservar y transmitir. El Laboratorio l’Occitane se inspira de las tradiciones y de la naturaleza para desarrollar cosméticos naturales y eficaces. Texturas a las fragancias, los tratamientos l’Occitane forman parte de un momento de bienestar, un gesto sensorial y goloso. 


El final de esta parte de la ruta de la lavanda nos lleva a Puimoisson, en el corazón de hermosos campos de lavanda azules, de las altas tierras de la meseta de Valensole,







Continuamos bajando al valle del Asse, para después subir hacia Mezel. Pasamos por la línea de ferrocarril de Alta Provenza, también conocido como tren de Pignes, y comenzamos a ver los primeros campos de lavanda de la región de Digne. El descenso hacia Digne se hace por el paso de Bonnet antes de atravesar los arrabales de la antigua capital de la lavanda. En Digne-les-Bains, visitamos el jardín de los Cordeliers, en el centro de la ciudad, un jardín con varios micro paisajes, con plantas medicinales y aromáticas, el acceso es gratuito. El Jardín Botánico de los Franciscanos, cuyo origen se remonta al lejano siglo XIII, está compuesto de cuatro campos temáticos rodeado por setos de boj. 

Incluye alimentos medicinales y salvajes, así como especies aromáticas y ornamentales con aromas que contribuyen al ambiente poesía. Cuatro jardines son pequeños paisajes restaurar los hábitats naturales de nuestra región, jardines rocosos soleados en la madera fresca. Esta es una relajación donde te sorprenderá por el encanto de las plantas silvestres desarrolladas. Los bordes ajardinados mixta de las fronteras, se alinean en las paredes que separan la Place des Cordeliers y la avenida Paul Martin. El jardín botánico, la gestión municipal, está rodeado por dos lados por los edificios de la universidad.




Día 20 de julio de 2017: Digne-les-Bains a Bauduen
Recorremos el camino inverso de ayer, pero pasando por Pertuis, Greoux les bains, Riez, hasta Digne-les Bains. La ruta continúa por la carretera Napoleón hasta Barrême, después, por la carretera nacional 202 hasta Saint André les Alpes, pueblecito situado en pleno Parque Natural del Verdon. El Saint André les Alpes, vale la pena visitar el Castillo de Méouilles, un castillo templario del siglo XII, que ahora es un alojamiento de lujo. Desde allí hay unas vistas excepcionales de las aguas azul turquesa del lago de Castillon.







Proseguimos bordeando las orillas del lago, vemos los pueblos de Saint Julien du Verdon, a 8 km, pintoresco pueblo típicamente provenzal, su iglesia y donde podemos observar las Gargantas del Verdon y los lagos. 



























Continuamos  hasta llegar a Castellane, el principal atractivo de Castellane es la impresionante roca que domina el pueblo que no deja de sorprender a los visitantes. Está situado de forma ideal entre la ruta de las gargantas y el Lago de Castillon, y es medio provenzal y medio alpina. Castellane se sitúa a los pies de un gigantesco acantilado de 184 m, lo que lo convierte en uno de los lugares más impresionantes de la Alta Provenza. Además, el clima es excepcional a lo largo de todo el año. Desde la terraza de la Capilla de Notre Dame du Roc, pueden admirar todo el pueblo, el puente Napoleón y la entrada a las Gargantas del Verdon. 

















El Parque Natural del Verdon es un espacio natural excepcional de cerca de 178 mil hectáreas situado en la región Provenza Alpes Costa Azul, entre los departamentos del Var y de los Alpes de Alta Provenza, tan sólo a dos horas de Marsella. Es sitio natural protegido desde 1990, parque natural desde 1997 y ha sido clasificado como “Grand Site de France“. Entre los sitios principales del parque natural se encuentran las milenarias e impresionantes Gargantas del Verdon y 4 bellos lagos, entre los que destacan el Lago de Sainte Croix y el Lago de Esparron, cuyas aguas inmóviles de color esmeralda se prestan para realizar actividades náuticas. 

Las Gargantas del Verdon son un cañón excavado por el río Verdon y se presentan como gigantescos acantilados de rocas calcáreas que fascinan a los visitantes. De hecho es el cañón más bonito de Europa y atrae a cientos de turistas, sobre todo en período estival. 
El Verdon nace cerca del pico Allos, en el macizo de Trois Evêchés (2819 m.) y desemboca en el río Durance, cerca de Vinon-sur-Verdon después de haber recorrido cerca de 175 km. La parte de su recorrido más interesante se encuentra entre Castellane y el Pont du Galetas, que vale la pena seguir por carretera para descubrir los majestuosos paisajes, vistas panorámicas espectaculares y pueblos como Rougon (con rutas de todo tipo) y La Palud sur Verdon (que recuerda a los valles de los bajos Alpes). 
Para contemplar mejor las gargantas, hay que ir a cualquiera de estos pueblos y no dejen de estacionar en los numerosos miradores que hay a lo largo del recorrido. 






El pueblo de Rougon domina el Point sublime, que ofrece una vista sensacional, y las Gargantas del Verdon, una vista panorámica grandiosa




Mañana vendremos a hacer esta ruta, ahora continuamos por Palud sur Verdon, pueblo turístico que está a 935 metros de altitud, conocido por la Ruta de las Gargantas del Verdon y los miradores a las gargantas, entre Moustiers Sainte Marie y Rougon. El paisaje recuerda a los valles de los Alpes.





Seguimos al Pont du Galetas - Gorges du Verdom y Bauduen, situado en un marco único, a orillas del Lago de Sainte Croix, y en los flancos de la colina escarpada de Défens, lo que le confiere una belleza especial. Es uno de esos pueblitos pintorescos que no deben perderse por nada del mundo. 
























Desde aquí retornamos al camping, mañana espera un día duro y hay que salir temprano, mejor regresar pronto.


Día 21 de julio de 2017. Ruta de Blanc Martel.

Salimos del camping hasta el Pont Sublime donde ya estuvimos ayer. Son 2:36 h. unos 179 km. 
El pueblo de Rougon domina el Point Sublime, que ofrece una vista sensacional, y las Gargantas del Verdon, tomaremos el autobús a las 8:15 para dirigirnos al Chalet de la Maline.
Iniciamos la Ruta Blanc Martel. Siguiendo senderos y pasarelas, recorreremos los más bellos rincones de este Parque Natural, auténtico emblema de la Provenza. Por el interior de la Garganta del Verdon corren las aguas de color turquesa del río del mismo nombre, entre magníficas paredes verticales, sucediéndose a nuestro paso diferentes tajos vertiginosos, marmitas de gigante, enebros tricentenarios, hayedos y múltiples grutas, lo que han hecho de la Garganta del Verdon el ser considerada como uno de los cañones más bonitos de Francia.
Recorrido: Chalet de la Maline - Desvío a L´Imbut - Pasarelle d´Estellié - Le Styx - L´Inbut - Le Styx - Pasarelle de L´Estellié - Desvío a L´Imbut - Túneles - Parking Couloir Samson.
Hemos realizado este sendero en un solo día, es mejor realizar dos rutas diferentes, ya que sólo el sendero de Martel completo supone unos 14 kilómetros y unas 6 horas, en verano es muy caluroso y asfixiante, nosotros no hemos podido llegar a L’imbut nos hemos quedado justo al llegar al Le Styx. Al parking a buscar el coche solo subió uno de los cuatro, ahorrándonos al resto 30 minutos finales de caminat. Toda la ruta en https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=18798399
Se trata de uno de los cañones más espectaculares de Europa. El río Verdón desciende por todo este tramo entre altísimas paredes de piedra caliza.
Salimos del Chalet de la Maline a 893 m de altitud. Se trata del punto más elevado de la ruta, ubicado en el borde del gran cañón que se ha ido modelando con las aguas del Verdón.




Comenzamos a descender por una senda muy bien equipada, hasta la parte baja "Pas d'Isanne", justo hasta el punto donde la senda se bifurca, tomando a la izquierda la Senda de Martel y a la derecha la senda de L´Imbut.
Una vez en este punto, tomamos la decisión de ir a la senda de L´Imbut. En poco más de un cuarto de hora, llegamos a una pasarela "Pasarelle de l'Estellié", construida en metal, que nos recuerda los puentes tipo Himalaya y que nos pasa a la otra parte del río, deberíamos de haber retornado y hacer solo la senda de Martel, pero no lo hicimos.















Una vez allí, empezamos a caminar por la senda  de L'Imbut, aunque no hay grandes dificultades, hay varios tramos en que hay que caminar con prudencia, ya que en varios tramos la senda está escavada como una cornisa en la roca y está equipada con un cable de acero para cogerse. Inciamos con la idea de hacer una la senda de L'Imbut, pero nos fatigamos más de la cuenta, con lo cual luego nos pasó factura para terminar la senda de Martel.
La senda transcurre por un paisaje impresionante, donde el agua y el sonido del agua son protagonistas. Las pozas que se forman entre las rocas, adquieren diversas tonalidades que varían entre el verde y el azul.



















Una vez deshecha la senda de L´Imbut, nos pusimos a caminar por la senda de Martel, con un calor sofocante. Este tramo de la senda transcurre por bosque de robles. Seguimos por la senda, y llegados al punto conocido como "Pré d´Issane", pudimos acceder al cauce del río para refrescarnos un poco.


Siguiendo la senda, nos desviamos del camino unos 20 minutos para llegar a “los balcones de la mescla” donde se unen dos ramales del río Verdon.







Continuamos la senda hasta encontrarnos con unas impresionantes escaleras “les èchelles Imbert” construidas en el invierno de 2012-13, que en un vertiginoso descenso nos acercan de nuevo al río,.










Un poco más allá nos encontramos con el túnel de Trescaire y con el Túnel de Baou. En varios puntos, nos encontramos con miradores al río que va encajonado.








Una vez acabados los túneles, ascendiendo por la senda unos metros de desnivel, llegamos a un parking conocido como Le Couloir Samson desde aquí, solo uno subió al parking del Pont Sublime a recoger el vehículo.

Día 22 de julio de 2017: Castellane a Grasse y Niza


Salimos del camping hasta Castellane, 194 Km
Desde Castellane el itinerario sigue por la conocida carretera de Napoléon (trayecto que siguió Napoleón en 1815, de la isla de Elba hasta la capital, para retomar el poder) hasta Séranon, donde hay una gran cantidad de lavanda salvaje. Después de Séranon, hay que tomar a la izquierda en dirección a la meseta de Caussols, célebre por el Observatorio de Calern, descendemos hacia Grasse, pasamos por el magnífico pueblo de Gourdon, situado en lo alto de un montículo, a 760 metros de altitud. Un auténtico balcón abierto a las Gargantas du Loup y al Mediterráneo, en el que destaca el imponente castillo rodeado de jardines diseñados por Le Nôtre (que concibió los jardines de Versalles) y las casas antiguas del casco antiguo, muy bien conservadas. 

Grasse es la capital internacional de los perfumes. Situada en la Provenza-Alpes-Costa Azul, a unos kilómetros del mar Mediterráneo: a 14 kilómetros al noroeste de Cannes y a 30 del aeropuerto de Niza, pertenece al departamento de Alpes Marítimos. Se encuentra en una colina a 750 metros de altitud, dominando vastos valles llenos de color por la cantidad de flores, sobre todo rosas, jazmines y nardos, que sirven para hacer los famosos perfumes. 

Y es que el perfume es una seña de identidad de la ciudad de Grasse, que atrae todos los años a miles de turistas. De los 200 perfumistas que hay por el mundo, 40 se encuentran en Grasse. Visitamos los jardines del Museo Internacional de la Perfumería: Rosa, Centifolia, jazmín, nardo, lavanda, geranio, retama, naranjo, los perfumes nacen primero en las plantas, de aquí o de otros lugares. En el marco único de los Jardines del Museo Internacional de la Perfumería, descubrimos y olemos estas especies que desde hace siglos proporcionan las preciosas materias primas de la perfumería. 
Instalados de una magnífica manera en el corazón de campos de plantas de perfume cultivadas tradicionalmente en Grasse, los Jardines del Museo Internacional de la Perfumería se inscriben en el proyecto de territorio animado por la comunidad de aglomeración "Pôle Azur Provence" y se convierten así en el conservatorio de las plantas de perfume del museo, un espacio natural testigo de un paisaje olfativo vinculado a la agricultura local. 
Articulados alrededor de un antiguo canal y de una cuenca agrícola, los jardines se extienden en 2 hectáreas. En estos jardines, los cultivos en pleno campo de especies cultivadas tradicionalmente para la perfumería están al lado de espacios y paisajes que presentan diversas colecciones de plantas odorantes o aromáticas. Su vocación primera es contribuir a la conservación de la diversidad varietal de especies tradicionalmente cultivadas para la perfumería. Son el testimonio también del paisaje olfativo vinculado a la agricultura local. 
Pero Grasse también es una ciudad medieval fundada en el siglo VII que posee auténticos tesoros de la arquitectura genovesa y provenzal: palacetes y casas restauradas de los siglos XVII y XVIII, callejuelas estrechas y laberínticas que conducen a una hermosa catedral, soportales, arcadas, plazas con fuentes llenas de encanto…De hecho, la ciudad de Grasse ha sido condecorada como Villa de Arte y de Historia por el Ministerio de cultura, como premio al valor de su patrimonio. 











Desde Grasse, nos dirigiremos al Hotel Comfort Inn Galaxie.
Después de registrarnos vamos a Eze para empezar el itinerario de la Costa Azul. Èze esta situado entre Niza y Mónaco, Eze es uno de los pueblos más pintorescos e impresionantes de la Costa Azul por su situación geográfica: se encuentra encaramado en lo alto de un acantilado lo que hace de él un auténtico mirador con unas vistas panorámicas asombrosas del mar Mediterráneo y de la Costa Azul hasta Niza, con Cap-Ferrat al oeste e Italia al este. Además, Eze se extiende a lo largo de tres Corniches, las carreteras situadas entre Niza y Menton que recorren la Costa Azul, que tantas veces vimos en el cine. La corniche más alta (Grande Corniche), suspendida entre el mar y el cielo; el pueblo de Eze, situado un poco más bajo; y en la zona más baja, a nivel del mar, Eze-Bord-de-mer, bañado por el Mediterráneo. Una doble puerta fortificada del siglo XIV les permitirá entrar en la ciudad antigua de Eze, con las típicas callejuelas y casas medievales. En la Plaza de la Iglesia encontrarán un edificio religioso construido en el siglo XVIII con un bella fachada en ocre y oro, y un campanario con un reloj. Otro de los edificios religiosos es la Capilla de los Penitentes Bancos, del siglo XIV. Otro lugar de interés es el “château” de la chèvre d’or, un hotel – restaurante de lujo situado en el casco antiguo de Eze, la plaza del Planet. Una joya del pueblo de Eze es su jardín exótico, con unas composiciones florales hermosísimas, diversas especies de cactus, unas esculturas de Jean-Philippe Richard y unas vistas panorámicas excepcionales de la costa que pueden admirarse desde la terraza, que se encuentra en el punto más alto (429m). Incluso podrán ver la isla de Córcega. Al este, en un montículo vecino, se encuentra el Palacio Balsan, una hermosa propiedad con jardines en terrazas y avenidas de cipreses, donde Alfred Hitchcock rodó escenas de ”Atrapar a un ladrón”, con Grace Kelly y Cary Grant. También podemos ver los tejados del pueblo de Eze, el campanario de la capilla de los penitentes blancos y la antigua residencia del príncipe Guillermo de Suecia, que en la actualidad es un hotel de lujo. 
En el Jardín exótico se encuentran las ruinas del castillo de Eze, ligado a la historia del pueblo, situadas en un espacio contemplativo alejado que acoge al visitante desde donde puede apreciar el paisaje; es la versión moderna de recintos medievales donde se hacía una pausa en la vida cotidiana. Tiene una terraza con vistas al mar y con tumbonas donde pueden pasar un momento de tranquilidad fundiéndose con el espacio, olvidando el tiempo. 
Quince esculturas de Jean-Philippe Richard se encuentran en las avenidas del jardín, quince diosas púdicas y sensuales al mismo tiempo hacen aún más bello este jardín botánico lleno de plantas exóticas venidas de África y América. 






































Tres caminos Corniche, llamados "Baja, Media y Grande" en función de su altitud, la conexión de Niza a Mónaco. 
La baja cornisa se eleva a 50 metros sobre el nivel del mar y desde Niza, conduce al pequeño puerto de la bahía de Villefranche, y luego, una vez pasada la entrada de los multimillonarios península de Cap Ferrat el camino entra en Beaulieu-sur-Mer, un pequeño complejo de lujo que aún lleva las marcas de prestigio de la Belle Epoque. Después de salir de Beaulieu, en el distrito de "Little Africa" ​​ubicada a los pies de acantilados impresionantes, la baja cornisa gira a través de Eze sur Mer y Cap d'Ail anunció su pequeña cala de aguas cristalinas. Esta, la última etapa antes de llegar al Principado. 
La cornisa, última carretera ofrece unas vistas impresionantes de todas las pequeñas estaciones mencionadas anteriormente y conduce a la aldea de Eze "nido de águila" alcanzando un máximo de 472 metros sobre el nivel del mar. 
La Gran Cornisa, ruta estratégica y el más antiguo de los tres, también ofrece vistas impresionantes, pero no cruza ninguna ciudad, si no la de La Turbie, una pequeña ciudad situada en la base anterior Mónaco y famoso por su trofeo de Augusto construyó en el año 6 antes de Cristo. JC, un monumento único en todo los restos romanos ahora se conoce en todo el mundo. Antes de descender sobre la cornisa, la Gran Cornisa conduce a la aldea de la montaña de Roquebrune. 




Regresaremos a Niza por la cornisa baja, de Èze a Cap d’Ail, 8Km. De Ahí a Eze sur Mer, 5 Km. 
Eze-Bord-de-Mer, situado en la Basse Corniche, que posee un microclima excepcional y una rica vegetación mediterránea. Destacan sus villas con fachadas rosas y ocres de principios del siglo XX, lugar de residencia de famosos como la escritora Georges Sand, los príncipes de Mónaco e incluso Bill Clinton y Bono, el de U2. 
Ahora vamos a Beaulieu-sur-Mer 3km. y a Niza 8 Km. Los orígenes de Niza se remontan al menos a la época romana, como en muchas otras ciudades de Provenza. Cemenelum fue fundada por Augusto en el 14 a.C. y ocupada hasta el siglo VII d.C. Perteneció después a los condes de Provenza hasta el siglo XIV, cuando paso a manos de la casa de Saboya. El Reino piamontés cederá Niza definitivamente a Francia en 1860 para compensar el apoyo de Napoleón III a la unificación italiana. Hoy es la capital del departamento de Alpes maritimes. Hoy Niza es la quinta ciudad de Francia con más de 340.000 habitantes y unos 900.000 en su conurbación. 
Damos una vuelta por El Centro de Niza:
Plaza Massena: Es el verdadero corazón de la ciudad. Del lado norte elegantes inmuebles sobre soportales. Plaza animada. 
Jardines Albert I: Llevan el nombre del valeroso rey de los belgas que combatió en la IGM. Se trata de un espacio de más de 2 km2 desde la mar hasta las colinas, construido a finales del siglo XIX. Hoy es uno de los principales lugares de ocio y esparcimiento de los habitantes de la ciudad. 
Promenade des Anglais: Este paseo marítimo es conocido en todo el mundo. Se trata del símbolo de Niza. Siempre repleto de flores e impecable abrazando la Bahía des Anges. En sus orígenes el paseo no era más que un pequeño sendero de dos metros de ancho. Un ingles, el reverendo Lewis Way pagó la construcción del actual paseo en 1820. Por ello, rápidamente fue bautizado por los ciudadanos “Camino de los ingleses”. Su aspecto actual se debe a la reforma de 1931.



Día 23 de julio de 2017: De Niza a Barcelona 

Salimos del Hotel Comfort Inn Galaxie hacia Barcelona, la primera parada es, Antibes, 14 km. 
Antibes – Juan-les-Pins es una de las localidades más conocidas de la Costa Azul. Se encuentra entre Cannes y Niza, muy cerca de las dos. Antibes, como Cagnes-sur-mer, Villefranche-sur-mer, Saint-Jean-Cap-Ferrat y Mónaco, también muy cercanas, mezclan esa idea idílica y tópica de la Costa Azul, con sus coches de lujo y sus famosos. Eso existe, pero también la belleza del Mediterráneo, de las montañas cercanas y de pueblos de gran belleza. Además de los pueblos costeros ya citados, Antibes se encuentra en el centro de la comarca que incluye Saint Paul de Vence y Grasse. 
Estampa de la zona antigua de Antibes, las murallas de Vauvan y las torres medievales, llamadas sarracenas. 
El municipio de Antibes se extiende por una pequeña península donde se incluyen localidades muy turísticas y glamourosas como Juan-les-Pins, justo en el lado opuesto del istmo. La ciudad de Antibes Juan-les-Pins se extiende cubriendo el istmo pero sus 75.000 habitantes también ocupan Le Cap, la península que permite a la ciudad tener 23 Km. de litoral. 
A pesar del glamour y los turistas, Antibes conserva buena parte de su encanto ya que todo su centro continúa siendo un pueblecito. Sus murallas junto al puerto, sus calles estrechas, repletas de tiendecitas de souvenirs y productos provenzales mantienen un encanto que se resiste a irse. Su situación inmejorable y sus buenas comunicaciones atraen hacen que su población aumente hasta los 220.000 habitantes en verano más los turistas. Las playas, los encantos de Cannes y Niza, el polo científico, cultural y los campos de golf de la ciudad vecina de Sophia-Antipolis (que roba el nombre de la ciudad griega sobre la que se refundó Antibes), y la cercanía de los Alpes y sus estaciones se encuentran a menos de 100 Km. hacen de Antibes Juan-les-Pins un centro turístico de la Costa Azul. 


















De Antibes a Cannes 11 Km, Y De Cannes a Saint Tropez 78 km, pasando por Saint Raphael 
Saint Raphaël es una ciudad de la Costa Azul que se encuentra en el extremo este del Golfo de Fréjus, a 20 km al noreste de Saint-Tropez, a 25 km al suroeste de Cannes, a 111 km al este de Marsella, y a 74 km al suroeste de la frontera italiana; París está a 695 km. 
St Raphaël fue, en sus orígenes, un pueblecito pesquero que se convirtió, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en un destino turístico de artistas, políticos y gente adinerada atraídos por el entorno privilegiado en el que se encuentra -la Costa Azul- y por su agradable clima mediterráneo. Además, su bella costa se extiende a lo largo de 36 kilómetros en donde se puede elegir entre 30 playas y calas. 
El puerto de St Raphael, un ejemplo de la mezcla entre lo pintoresco y lo moderno, entre el lujo y la sobriedad, todo ello muy provenzal. 
La Cornisa de Oro (La Corniche d’Or) 
También llamada Cornisa del Esterel, forma parte de la carretera nacional 98 y se alarga a lo largo de 40 km uniendo St Raphaël a Cannes ofreciendo paisajes magníficos y vistas panorámicas que constituyen la materialización de la idea que tenemos de la Costa Azul. 










Saint Tropez: La carretera principal que une Marsella y Niza, tampoco pasa por la costa lo que hace que la llegada a St-Tropez no sea cómoda. Sin embargo, tal vez sea eso lo que ha impedido un crecimiento vertiginoso y más descontrolado de la zona. Sin embargo, esto no impide que los precios de los cafés y los helados en los encantadores aledaños del puerto sean más caros que en los Campos Elíseos de París. Tampoco evita que las marcas más prestigiosas y caras de ropa y complementos y los vehículos más poderosos y exagerados circulen por las callejuelas y esté aparcados frente a casitas bucólicas, con su acero bien bruñido y ese olor a rico tan característico. 
De Saint Tropez a Barcelona 602 Km. Paramos a cenar en el restaurante Les Grans Buffets de Narbona. El restaurante Les Grands Buffets invita al público a revivir una experiencia en vías de desaparición: el festín clásico francés en forma de buffets repletos de manjares excepcionales. Fórmula, única en Francia, engloba todos los tesoros de patrimonio gastronómico francés: foie-gras en todas sus formas, bogavante asado o a la americana, callos guisados, cabeza de ternera, cassoulet, morcilla con manzana, ternera a la antigua, tuétano a la flor de sal, sepia a la sétoise... En una profusión que hace perder la cabeza, los platos populares franceses se mezclan con los platos ineludibles de la cocina tradicional francesa. Podemos dar rienda suelta a nuestro apetito gourmet componiendo un menú completo según nos apetezca. Iniciamos el recorrido gastronómico con una parada en el universo de los entrantes, el marisco, seguimos por los quesos, continuamos por los asados y terminamos por . Los amantes delos dulces con una infinidad de postres. Para acompañar la comida, se puede elegir en la carta una variedad de 70 vinos servidos por copa o botella.


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